Pero, en épocas anteriores, los moralistas gastaban mucha tinta en advertir de los peligros de las acciones manuales o digitales que, aplicadas por el agente en la verga, la vagina, el clítoris, el ano, o regiones adyacentes, iban dirigidas a satisfacer la concupiscencia. Los moralistas aseveraban que la masturbación provocaba, en los hombres, pérdidas de fósforo cerebral a través del semen. Todas estas alucinantes fantasías formaban parte de la educación moral impartida en los colegios de la primera mitad de nuestro siglo, que, en nuestra Patria, duró hasta el tercer cuarto. En el caso que nos ocupa, necesidad de masturbarse. En ciertos casos, la masturbación adictiva puede sustituir otras actividades sexuales. Hay personas que solamente son capaces de satisfacerse sexualmente mediante la masturbación, y dejan de interesarse por las relaciones interpersonales. Masturbarse es algo natural y debe ser satisfactorio. Solamente si se convierte en una necesidad malsana, que convierte a la persona en esclava, requiere un apoyo profesional como cualquier otra adicción.
Sin embargo, en algunos casos, ésta puede convertirse en una obsesión. Escrito y verificado por la psicóloga Andrea Pérez. La masturbación NO es un acción egoísta, inmoral o exclusivo de personas solteras. Cualquier persona, ya entrada en la madurez sexual, puede masturbarse. Baza si se tiene pareja como si no e independientemente de la condición sexual, la masturbación es saludable. Sin embargo, con la masturbación ocurre como con el alcohol. Una o dos copas de vino al día pueden ser beneficiosas pero si una andoba consume una botella diaria posiblemente acabe teniendo dolor de estómago, problemas en su vida diaria e incluso puede llegar a desarrollar alcoholismo.
Pues sí, pero el origen física no es otro que psicológico. No lo necesito. Ellas no lo hacen, no se masturban. Imagínate si decimos que nos damos placer, dice la sexóloga Elena Crespi. Es por eso que, en general, durante los primeros abriles de la adolescencia —etapa en la que algunas empiezan a conocer su cuerpo— a muchas chicas ni tampoco se les pasa por la cabeza la idea de indagar en su intimidad. Por otro lado, las que sí lo hacen, se sienten avergonzadas o culpables por ello. Algunas lo niegan o simplemente evitan esas conversaciones.
Acatar. Piénsalo: también. Eres libre. Recuerda, vas. A adeudar suegra. Su galán. Es como George Clooney, empero sin el George y sin el Clooney. Su galán. Es como Brad Prit, pero sin el Brad sin el Prit.