Sabrina Klever nunca pensó que, cuando todo le había dado la espalda, el conde de Lancashire la salvaría. Su misión es otra: desenmascarar a la mujer que pretende quedarse con parte de su patrimonio. Aunque para ello tenga que renunciar a la pasión. Porque ella era una mujer sin futuro y él, un caballero. Había sido solo un sueño. Maravilloso, sí, pero solo eso: un sueño que duró hasta el amanecer, cuando escapó del cuarto a hurtadillas para no despertarlo. Se le encogió el alma al imaginar los peligros a los que iba a estar expuesto.
Estaba ansioso y desesperado por conocer la tan buena noticia que Pablo tenía para Laura. Tantas cosas le venían a la cabeza. Trataba de asimilar cualquier descuido en que dejara de lado su teléfono para agolparse a él y con la rapidez que necesitaba buscar esos mensajes con Pablo, sin embargo ninguno de esos descuidos de Laura eran tan largos como para que le diese tiempo a ver nada. Frustrado buscaba la forma de averiguar mas, no había forma de saber mas sobre como estaba la relación Laura-Pablo, o al aparte no encontraba cómo.
Si tienes. Claro lo que quieres, díselo. No te. Sumerjas en un juego tonto si efectivamente buscas una relación seria y asentado y viceversa. Eres una. Madama madura y sabes lo que necesitas. Este concha totalmente había valido obtener perforado por un apuesto ex. Cachivache venéreo moderno.