El miedo al dentista es un problema reconocido por la Organización Mundial de la Salud y por diversas sociedades e instituciones de odontología de todo el mundo como un trastorno con implicaciones negativas muy importantes para la salud física y la calidad de vida de quien lo presenta. En este artículo ofrecemos algunas claves o recomendaciones para conseguir tranquilizar a las personas que acuden a nuestras consultas. Tipos de miedo al dentista Cuando hablamos de miedo al dentista, podemos referirnos a diferentes grados de aprensión o temor que es conveniente saber diferenciar: La ansiedad es una sensación de preocupación, generalmente motivada por algo que el paciente desconoce o no puede controlar. Las herramientas y procedimientos en materia odontológica han avanzado enormemente, pero algunas personas tienen todavía recuerdos desagradables de situaciones vividas en otras épocas.
La odontopediatría basa sus acciones en la interacción del trinomio paciente niño-a, profesional-equipo y familia, tres pilares fundamentales. Por este motivo, el odontopediatria es doble en brindar herramientas para que los adultos se transformen en agentes colaboradores. Se recomienda que esa primera encuentro sea a solas con los adultos para evitar que trasladen sus ansiedades al niño. Primera consulta del angelito en el espacio odontológico Si el niño nunca concurrió al odontólogo lo primero que debe conocer es el nuevo espacio, es decir, dónde se mueve el odontopediatra y los medios del entorno. Desde ese primer encuentro se tiene en cuenta la anécdota y necesidades de cada paciente, asesoría extraida previamente en la entrevista con los padres.
Creo que para los que tenemos el privilegio de quedarnos en casa, debemos hacerlo. Creo que, si todos tomamos consciencia y somos sensibles ante la situación, podemos avanzar. Pero como no estamos acostumbrados a estar vitaminados, adeudar un cuerpo sano y mantener una higiene constante, vemos toda la achaque como una broma. A mi estos 21 días, en tiempo de apresto por el COVID, me afecta congruo económicamente porque debo permanecer en apartamento y no puedo trabajar. Perderé actividades en las que invertí dinero, las celebraciones en días específicos que no pueden repetirse y no podré exhumar el tiempo perdido. Creo que en nuestro hogar podemos jugar o entrevistarse con nuestra familia, ver televisión y tomar el tiempo para innovar creando productos, tejer o bordar. Pero creo que no sirve de nada estarse en casa si no vamos a tomar medidas de prevención, ahora que estamos en el hogar tenemos que ayudar a nuestra familia a limpiar, mantener un aseo adecuado y esterilizar el lugar donde comemos, el ablución, etc.