Dentro de estas aproximaciones, se propone la existencia del amor pasional basado en la excitación y en una intensa emoción que tiene al menos dos matices: cuando la persona amada corresponde a nuestro amor provocando con ello un sentimiento de éxtasis amor recíproco y cuando nos rechaza, lo que favorece sentimientos de agonía y desesperanza amor no correspondido. La literatura antigua, vincula al amor pasional al mito y a la realidad, y esto se evidencia en las historias de amantes atrapados en una ola de pasión y violencia como es el caso de Odiseo y Penélope o Romeo y Julieta. De hecho, de acuerdo a los psicólogos sociales y evolucionistas, así como antropólogos, el amor pasional es un universal cultural, un sentimiento que parece haber existido en todos los tiempos y lugares. Palabras clave: Pasión, Amor no correspondido, Emoción. Findings showed a wide range of intensities about cognitions and emotions involved as happiness, vulnerability, obsession, suffering, etc. Desde la perspectiva histórica y antropológica parece ser que el amor pasional ha existido en numerosas sociedades y a través de cientos de años. Ejemplo de esta afirmación es el estudio de Jankowiak y Fischerquienes seleccionaron sociedades para explorar la existencia de hombres o mujeres que se hubieran enamorado apasionadamente.
Esta narrativa permite que funcionen las empresas, los estados, las iglesias y los ejércitos, pero también las parejas. A medida que avanzaban nuestros conocimientos sobre sexo, nos hemos dado cuenta de que nuestras preferencias reales y muchos de los comportamientos que se tratan de ocultar no tienen nada que ver con lo que la erudición considera apropiado. Estas son seis realidades, respaldadas por estudios científicos, que solemos negarnos a aceptar. Parece que la simple falta de información sobre algún puede hacer que nos atraiga sexualmente. Dicen que las mujeres huelen la desesperación, y puede ser cierto: la inseguridad es, biológicamente, lo que aparte interesa a una mujer. Aunque baza a hombres como a mujeres les atrae la incertidumbre, sólo las féminas se ven atraídas por aquellas personas que poseen lo que en psicología se conoce como la tríada oscura : remarcables rasgos de personalidad basados en el narcisismo, la psicopatía y el maquiavelismo. Esto incluye una ánimo dominante y una concepción de individuo mismo grandiosamente distorsionada. Las personas narcisistas emanan una gran confianza en sí mismas y una enorme seguridad, dos cualidades que resultan muy atractivas.
Las razones de esta dificultad, por otra parte no del todo nueva, son diversas. En el pasado, aun en el caso de que la comunidad no ofreciera una explícita educación venéreo, la cultura general, impregnada por el respeto de los valores fundamentales, servía objetivamente para protegerlos y conservarlos. La desaparición de los modelos tradicionales en gran parte de la sociedad, sea en los países desarrollados que en vías de desarrollo, ha dejado a los hijos faltos de indicaciones unívocas y positivas, mientras los padres se han descubierto sin la preparación para darles las respuestas adecuadas. La facultad, que por su parte se ha mostrado disponible para desarrollar programas de educación sexual, lo ha hecho frecuentemente sustituyendo a la familia y en general con fórmulas puramente informativas. A veces se llega a una verdadera deformación de las conciencias. Los mismos padres, a causa de las escaseces y por la propia falta de preparación, han renunciado en muchos casos a su tarea en este órbita o han querido delegarla a otros. En esta situación, muchos padres católicos se dirigen a la Iglesia, para que ofrezca una guía y sugerencias para la educación de los hijos, sobre todo en la etapa de la niñez y la adolescencia. En particular, los mismos padres expresan a veces su dificultad frente a la enseñanza que se da en la escuela y que los hijos traen a casa.
No desacredite al amor. No se abstenga de educar a sus propios hijos. Comunique su genuino punto de vista para que forme parte de la adiestramiento sexual de sus hijos. Ellos no siempre lo escuchan. No siempre van a creerle.